Fué un juego liberal donde no perdía nadie,pero sí mucho por ganar desde el infierno personal,sín miedo contarle mís secretos,oscuros,igual de perversos que los suyos,era un otro yo al otro lado del espejo,no era ningún invento,era de carne y hueso,en mí mundo y no en otro paralelo,pero ya que puedo decir,sí sabe todo,se terminó la bestia de mí armario,ha dejado de devorarme ya,quizá vuelva a ser humana,dicen que la verdad nos hará libres,yo opino que el amor,el verdadero,te saca de lo más profundo de una pesadilla,con una de aquellas caricias,he guardado una daga con la que quería morir,me fuí a enterrarla,y desperté la maldición dandole cuatro puñaladas,largo de aquí,fué suficiente el daño,déjame al fín,permíteme un poco de descanso para la fatiga de mís manos,permíteme amarlo termina con esta sentencia de años,maldita voz que me sentenció,yo misma le dí el poder de mí propia destrucción,y perdí la voluntad de seguir,hasta aquí llegó,sín querer luché contra mí misma,ahora mí lucha él,mí desafio sus besos y sus cadenas recorriendo mí cuerpo,nuestro escenario,el sudor de amarnos en las madrugadas,arropada,perdida y vuelta a encontrar,en definitiva tuya
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